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Guacamayo verde
El Guacamayo verde mayor (Ara ambiguus) o lapa verde está en peligro de extinción básicamente por la extensa destrucción de su hábitat y por la captura de ejemplares para la venta ilegal como mascotas. Esta disminución ha sido muy rápida, y lo han convertido en muy raro en cuatro de los seis países de su distribución original. Actualmente la población de lapa verde de Costa Rica se encuentra en un estado muy precario y muy frágil, en el cual la menor modificación de sus condiciones de vida puede llevarla a la extinción.
SUBESPECIES
Contiene dos subespecies:
-Guacamayo verde mayor de Costa Rica (Ara ambiguus ambiguus): desde Honduras hasta el noroeste de Colombia
-Guacamayo verde mayor de Ecuador (Ara ambiguus guayaquilensis), en peligro crítico; viven en estado salvaje en escasos sectores de la parte occidental del Ecuador; se hace característico su hábitat en bosques húmedos tropicales y secos del litoral ecuatoriano
CARACTERÍSTICAS
Se le llama de diversas formas: lapa verde, gran guacamayo verde, guacamayo verde mayor, guacamayo ambiguo?
Estas aves se caracterizan por ser muy tímidas y difíciles de ver, y normalmente se encuentran a alturas no menores de 35 metros en las copas de los árboles.
Según estudios con ADN mitocondrial realizados por Eberhard y Bermingham (2003) en individuos de lapa verde (Ara ambiguus) y guacamayo verde (Ara militaris) ,actualmente catalogado como vulnerable, las poblaciones de lapa verde de Costa Rica y de lapa verde de Ecuador están muy emparentadas y se han separado muy recientemente. Estos estudios también demostraron que la lapa verde no parece haberse originado directamente del guacamayo verde, a pesar de sus similitudes.
Mide hasta 84 cm. de envergadura y tiene un peso de hasta 1´3 kilos. Es por tanto un poco más grande que la guacamaya roja (Ara macao) , bandera o lapa roja . Su contextura además es más robusta, con una cola un poco más corta.
Su color es verde amarillento, con las cobertoras de las alas azules, las plumas de la cola llamadas rectrices centrales son rojas y el resto de las rectrices color azul.
La cara está desprovista de plumas, mostrando la piel descubierta, que tiene un color blanco hueso con franjas negras. Su pico es fuerte y en forma de gancho, un poco más grande que el de la guacamaya roja; este pìco le permite abrir las duras semillas de que se alimenta. Encima del pico tiene plumas de color rojo.
Acostumbra a anidar en troncos huecos.
MIGRACIÓN: Generalmente se desplazan grandes distancias entre la época de reproducción a las zonas de nidificación y en otras épocas a zonas de alimentación. Durante la época no reproductora forman bandadas grandes de hasta 50. En la época de cría se separan en parejas.
Por ejemplo, en Costa Rica se reproducen en la región de Boca Tapada (San Carlos) durante los primeros seis meses del año, tras lo cual los individuos de lapa verde se dedican a migrar hacia la región de Sarapiquí y a las faldas del Parque Nacional Braulio Carrillo.
ALIMENTACIÓN: Su dieta es muy específica, ya que se alimenta principalmente de almendro de montaña (es el 80 % de su dieta), y de titor. Se conoce que las semillas de los frutos del almendro de montaña (Dipteryx panamensis) son muy importantes en la dieta de la lapa verde. Mediante el monitoreo de aves marcadas, se confirmó su frecuente visita a los árboles de almendro de montaña, desde septiembre, cuando los frutos inmaduros de tamaño mediano están disponibles, hasta abril, cuando los frutos se vuelven escasos. Han sido observadas incluso recogiendo los últimos frutos de un árbol, al final de su ciclo de fructificación, cuando la disponibilidad de semillas disminuye. En ocasiones, estas aves vuelan grandes distancias para visitar árboles de almendro de montaña remanentes en potreros y sitios semiabiertos. Mientras se alimenta, la lapa verde es silenciosa, con excepción de algunas emisiones y graznidos.
Otras semillas muy preciadas para estas aves son las semillas de titor (Sacoglottis trichogyna), que suele ser el alimento preferido cuando las semillas del almendro de montaña son escasas o no están disponibles. Durante un estudio, las aves marcadas mostraron una preferencia por titor a comienzos de abril y hasta agosto, cuando la fructificación había concluído. En el breve período durante el cual los frutos del almendro de montaña y de titor no están disponibles o son escasos (septiembre y octubre), las lapas verdes se alimentan de una variedad de 37 especies de frutos. El mayor consumo de otras especies de árboles ocurre en septiembre. Nueve de las 37 especies son especies de tierras altas y por lo tanto son fuentes de alimento una vez que las lapas han migrado a mayores altitudes.
REPRODUCCIÓN: Con respecto a su territorio, según datos del Proyecto de Investigación y Conservación de la Lapa Verde en la Zona Norte de Costa Rica, cada pareja de lapas ocupa un área de 550 ha. durante la época de reproducción.
La lapa verde además forma parejas de por vida y suelen ser fieles a sus nidos. Además de utilizar al almendro en un 80% para su alimentación, lo utiliza también en un 90% para su anidación.
Con respecto a la época del año, por ejemplo en Costa Rica anida de diciembre a junio. La mayoría de las parejas ponen el primer huevo a finales de enero y ya para febrero los nidos están con crías.
En cuanto al número de crías, cuando la reproducción se lleva a cabo sin perturbaciones, llegan a tener dos pichones en promedio. La hembra incuba los huevos, mientras el macho le lleva el alimento al nido. Ambos padres son responsables de alimentar a los pichones, haciéndolo aproximadamente cada dos horas. Una vez que los pichones están más grandes, las visitas al nido para alimentarlos son entre períodos más largos. Después de dos semanas de haber salido del nido, los pichones saben volar y están listos para iniciar su migración en busca de alimento. Aun así hay veces que los padres llegan a cuidarlos hasta que nacen los pichones de la siguiente temporada.
El éxito reproductivo, según datos obtenidos en Costa Rica, está aumentando, al producir un número mayor de crías que la población adulta. Los valores de reproductividad y supervivencia medidos en el proyecto indican un mayor número de aves cada año comparado con la mortalidad natural. Así, la población de lapas verdes debería estar aumentando si existiera suficiente hábitat natural para ellas. Sin embargo, no existe ninguna evidencia que apoye esta idea (Powell, et al.,1999).